lunes, 22 de mayo de 2006

Un día el sol decidió que no dormiría, que trabajaría 24 horas...pero la vida siguió, porque nadie vio el cielo para notar como los dos eternos amantes imposibles se besaban con la mirada.
Esta historia comienza un día de invierno en que sólo existían las nubes para los habitantes de esa ciudad.
Ella caminaba apurada, como siempre, casi corriendo. Se dirigía a su clase de cirugía pediátrica y no podía llegar tarde nuevamente, porque el profesor ya no le permitiría entrar.
Mientras esperaba ansiosa que la luz del semáforo se tornara del color esperanza, sintió una mano en su cintura y una voz familiar en su oído. Se quedó fría por un minuto, temía que sólo fuera un sueño, no puede ser él, pensaba mientras giraba despacio, como si temiera que un movimiento brusco esfumara al ser que la tenía cogida por la espalda...
El mundo se detuvo cuando sus ojos se encontraron...había pasado tanto tiempo...las cosas habían cambiado mucho desde la última vez que se vieron, esa triste tarde de primavera en que se dijeron adiós...
Era tanto lo que había soñado ese momento, que temía estar aún en su cama, en los brazos de Morfeo, pasaron segundos que se tornaron eternos, en silencio, tan sólo mirándose a los ojos...ellos no necesitaban las palabras, ambos lo sabían, esas cosas banales nunca fueron de ellos...¡qué ganas sentían de abrazarse y fundirse en un beso como aquellos!!!, como en esos tiempos en que la inocencia del primer amor los obligaba a descubrir el rosado en una ciudad gris...
Pero el color desapareció cuando sus caminos se separaron...


esta historia fue escrita por una señorita que conozco de toda la vida y que, aunq la mayor parte del tiempo no la entiendo, se ha convertido en una gran compañera.
PD: espero q si la ves aki no te enojes pero cuando la lei me gustó muxito...

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