miércoles, 13 de julio de 2011

turnos NOCturnos

A pesar de todo, el hacer turnos tiene sus ventajas. Pasar 1 o 2 noches a la semana despierta permite descubrir o apreciar cosas que pasan desapercibidas. Por ej, el poder salir al balcón a respirar el aire frío de Valparaíso y luego volver al temperado ambiente del servicio de guaguitas.
También el descubrir a mitad del pasillo a un salvador "vendedor" que ofrece no sólo chaparritas y empanadas, si no que también cosistas dulces para saciar las ansias de azúcar de cualquier Prader-Willi (¡¡¡lo siento!!!) cachitos, pie de limón, kuhen... ¡cosistas ricas!.

Y si estás acompañada de otra niña loca como tú (como la Mari), los ingresos a las 3 de la mañana van a ser sólo risas.

Además tengo la gran ventaja de que los bebés tampoco saben termoregular (¡como yo!) y el servicio está a agradables 5 grados sobre el resto de los servicios.

¿Cuál es el "a pesar de..."? --> tuto, mucho tuto (antes, durante y después), pero, ¡qué se le va a hacer?

¿Cuál es el mayor problema?
... que al otro dia hay que seguir trabajando.

miércoles, 13 de abril de 2011

Por esto me gusta la pediatría.

Día malito, producto de una semana malita. Con mucho sueño acumulado, un montón de cosas que hacer y justo en el período de "acomodación" al nuevo horario y ritmo de la beca. En fin, mi día partió a las 5 AM ya que me habían quedado cosas pendientes que estudiar la noche anterior. Al salir de casita una micro fea me hizo retrasarme y tuve que venirme más rápido de lo normal para llegar a la hora. Después no escuché lo que había que escuchar en la auscultación del chiquito con neumonía (la doc tiene como 40 años más de experiencia y yo apenas llevo 1 semana y 4 días) y para rematarla la dra Maggi estaba ultra preguntona hoy...

Estaba cansadita, lateada, con ganas de irme a casita, pero a veces pasan cosas justo en el momento necesario para recordarnos que todo puede ser rosado aún.

Hoy era la celebración del aniversario del servicio de pediatría del hospital, hicieron una linda ceremonia, rico desayuno y ricas sensaciones. Es genial que en una reunión de servicio hayan tantas risas y chistes y abrazos. Creo que me metí al mundo correcto, aunque todos somos muy diferentes, creo que en el fondo compartimos un espíritu muy parecido y creo que me sentiré (ya me siento) muy acogida en este lugar... lo que no deja de ser importante porque será mi 2° hogar durante los próximos 6 años.

Es bueno sentir que aunque los días sean malitos, aún se puede continuar riendo y soñando y creyendo y aprendiendo también (mal que mal para eso estoy acá).

:)

lunes, 14 de marzo de 2011

Hartas cosas han pasado.

uf! cuanta agua bajo el puente ha pasado... (jijiji)

Se acabaron los internados y con ellos la carrera... ya soy médico!

...pero sigo siendo la misma, con las mismas inseguridades y los mismos sueños, con la misma risa tonta y la torpeza a cada paso, sigo siendo yo.
...pero ahora la gente me dice: "Doctora Rojo".

Pasó todo lo predicho, pasé mi último examen (el pregrado de pediatría), di el EMN (con un gran resultado :)), fui a mi fiesta y ceremonia de titulación, la familia en pleno se hizo presente en el dpto (incluida la familia de él).

De lo primero que me di cuenta al verme librada ya de los 7 años de carrera fue de que estaba realmente CANSADA, así con mayúscula, cansada de levantarme todos los días temprano, de no saber que pasaba en el mundo (porque ni tiempo de ver TV había), de tener que asistir a turnos en días posterremotos, enfermita, perdiendome cumpleaños, etc... Así que el buscar trabajo se postergó rápidamente para enero, febrero, luego marzo... mejor esperar a que empiece la beca...

oh! sí! ¡Me dieron la beca de pediatría! El día que me llamaron para confirmarlo casi deje sorda a la pobre secre que estaba al otro lado del teléfono. Me puse a reír y llorar al mismo tiempo... y es que, aunque me tenía fe, siempre estaba el bichito de la desconfianza que me hacía tener miedo... (otro día, quizás, haré un post sobre este tema).

En fin, a lo que iba... ya soy médico (médico-cirujano, dice mi título), pero no me siento para nada diferente, quizás es porque aún no he tenido ningún paciente real (a mi familia ya la medicaba desde 3° al menos...) o quizás porque en realidad soy la misma persona... en el fondo sigo siendo la Ina, una niña ávida de cariño, con una personalidad obsesiva compulsiva al borde de volverse trastorno, que no se cansa de soñar y que trata de que cada día vivido valga la pena.