domingo, 26 de noviembre de 2006

Lo que sentí hoy al despertar...

Este fin de año pareciera ser diferente a los otros, aún no siento la presión de los exámenes ni las ganas de salir pronto; y eso más que alegrarme me preocupa, porque no me gusta sentirme tan confiada, me da miedo ponerme altanera y pesada y confiarme tanto que el destino me castigue y al final nada salga como yo espero... es un poco tonto, lo sé, pero no puedo evitar ser así.
Por otro lado, en cuanto a mi corazoncito, no tengo nada claro. Todo es confusión y más confusión. Por el momento estoy tratando de vivir el minuto y esperar que pase lo que tenga que pasar, es un estado pasivo que me acomoda bastante, auque sé que no puedo manterme así por siempre.
Tengo ganas de salir a bailar, de reír, de andar en bicicleta, de dejar de pensar tanto y sentarme a ver series gringas un día entero.
El tiempo ha pasado tan rápido... ya se fue un año más, se acerca la navidad y sin darme tiempo de nada ya será 2007. Asusta verdad?
En fin, en estos momentos las nubes aún cubren el cielo, mi perrito acaba de despertar y al saludarlo por mi ventana a movido su colita de felicidad, ojalá mi hermanita se levante pronto para que me de desayuno...
He hablado harto con Dios últimamente... dice que sólo tengo que confiar y parece que no es tan difícil

"...que hasta a veces quisiera parecerme al tipo que tú crees que soy..."

jueves, 23 de noviembre de 2006

¿desición o decisión?

Todo es confuso. No sabes donde te encuentras. Nadie más te acompaña. Nadie más existe.
Miras hacia abajo, tratando de encontrar tus manos, tus piernas, pero no ves nada más que una oscuridad abrasadora, que envuelve todo. Una sombra negra que se burla de tus ojos...
Levantas la vista y te das cuenta que sobre tu cabeza todo es luz, que sólo existe pureza y tranquilidad. Diriges tus ojos hacia arriba y vuelven a brillar.
Estás detenida en este limbo, debes decidir cuál es tu camino, qué es lo que mereces. Te das cuenta que sólo depende de ti, que nadie te juzga sino tú, que nadie te critica ni espera nada de ti. Todos quedaron atrás, estás sólo tú.
Llevas mucho tiempo esperando que alguien te indique el camino, que una voz te guíe hacia tu destino. Pero esa voz no se escucha y esa guía no aparece. Entonces te asustas, sientes como el miedo crece dentro de ti.
Siempre pensaste que cuando llegara ese momento sólo deberías sentarte a esperar que te dijeran que hacer, donde ir, que sentir. Nadie te preparó para cuestionarte de esa manera tu existencia.
Y, aunque no se oye voz alguna, sientes que alguien te dice que debes decidir. ¿Qué es lo que mereces? ¿luz u oscuridad?
Porque nadie te juzga, nadie está ahí para reprocharte ni alabarte, sólo tú y la decisión más difícil a la cual te has enfrentado...
y...
¿qué es lo que mereces?