miércoles, 2 de diciembre de 2009

Un alemán, un alemán viejo...

Era el 2º día de internado, había un ingreso. Era un paciente pálido y grande, de esos que hacen parecer la camilla como una camita de juguete… su diagnóstico era HDA. Según el endoscopista tenía una lesión ulcerosa asomando bajo el cardias. En su contexto lo más probable es que fuera cáncer, es decir, pronóstico: “negro”.
Intentamos conversar con él, y digo intentamos, porque resulta que el viejito no tenía ni la más mínima intención de respondernos. Era un alemán, un alemán viejo… ¿Cómo luchar contra esa testarudez?. Al parecer entendía español y, según su hija, también lo hablaba, pero simplemente no tenía ganas de emitir palabras que pudiéramos comprender y a todo lo que le preguntábamos nos respondía con un léxico incomprensible para nuestras mentes tan poco poliglotas…
¿Cómo ayudar a alguien que se niega a comunicarse?... quizás no quería ayuda, quizás ya estaba cansado y sólo quería irse tranquilo… ¿a su casa…o más arriba?. No lo sé…
En fin, manejamos su diabetes, controlamos su hemorragia, pensamos en una pronta alta… pero un día llegamos y estaba en la 315… un día después en la UPC…
Parece que estamos mal… y así fue como de un día para otro estaba muerto.
mmm… y nunca sabremos si el viejito se salió con la suya y era eso lo que buscaba con tanto silencio o simplemente le salió el tiro por la culata...

¿Qué otra cosa me enseñó este alemán?... que a veces las personas se mueren… que cuando menos se piensa hacen una neumonía y empiezan a desaturar…

miércoles, 11 de noviembre de 2009

En la ALTURA

Es que no quiero escribir de cómo me sentí perdida en el fin del mundo, alejada de lo que conozco por civilización...

Es que no quiero contar de cómo me sentí entremedio de lustrabotas con pasamontañas y policías con metralletas…

Es que no quiero contar de cómo trataba de no hablar para no poner en evidencia que era chilena…

Pero si quiero contar de lo rico que comí (y barato también)…

Sí quiero escribir de lo tranquila y relajada que me sentí en medio del lago más alto del mundo, perdida entre templos antiguos y rodeada sólo de agua (dulce) y vegetación, esquivando llamas ¿o eran alpacas?…

Sí quiero contar de lo entretenido que fue bailar toda la noche (y todas las noches) hasta el amanecer, entremedio de cientos de jóvenes de distintas culturas…

Sí quiero contar de lo bien que nos fue con nuestro informe, de lo bueno que está nuestro proyecto, de las ganas que tengo de que sea 2010 y seamos nosotros los anfitriones…

Sí quiero contar de lo buena que estuvo la fiesta de “La Confraternidad” (aunque no la de gala)…

Sí quiero contar de lo mucho que me hubiera gustado compartir eso contigo…

viernes, 31 de julio de 2009

Ahora sí... en el paraíso (o muy cerca).

Tras 6 “feos” meses escapando de pabellón, despotricando a diario contra los cirujanos y carcomida por la envidia cada vez que veía a mis compañeros que hacían su internado de medicina… al fin se acabó. Hoy se cumplen 3 semanas de mi internado de medicina. Y estoy feliz :)…
Aquí es tan distinto todo, desde la jefa de internado hasta los paramédicos del servicio, todos son muchos más amables y cercanos… o quizás es que yo lo veo así, ya que al fin estoy libre de esas horas interminables de separar vísceras mientras me hacían preguntas como ¿qué grupo de música es el que estamos escuchando?...
Aquí se saben mi nombre o, por lo menos, saben que soy interna de “la valpo”…
Aquí hasta los pacientes son más cercanos, más cariñosos, son mejores pacientes…
Y pensar que algún día se pasó por mi cabeza soñar con un futuro de trajes verdes…

… es lindo sentir cómo recupero las ganas convertirme en doctora…

jueves, 11 de junio de 2009

CORRIENDO

Una maratón…

Eso ha sido mi internado.


Primero con mi mente trabajando a full 20 horas al día para poder contestar dignamente al menos la mitad de las preguntas de Harire, recibiendo sus llamadas a las 7 y 19, echando a la basura al fiel Icarito… :(

Corriendo luego tras los pasos de Schlack (y son pasos gigantes), fue dotado con largas piernas que avanzan 2 metros por paso y yo atrás como ardillita tratando de alcanzarlo y además luchando con su tenaz costumbre de llamarme “nacha”.

Pero llegó el gran salto a cuello y mama, “el paraíso”, según mis compañeras, pero todo fue una burda ilusión… ¿Cómo pensé que sería un paraíso si era LA pasada con la jefa de internado?. Viendo y tocando pechugas todo el día, llegando a las 7 de la mañana, tratando de adivinar lo que me preguntaba Vázquez (porque entre su total falta de modulación y la mascarilla de pabellón interponiéndose entre medio era todo un mérito poder contestar sus preguntas). Pero debo reconocer que con las galletitas de Zúñiga (no Carlo) y la agradable dra. Valenzuela todo era mucho más fácil.

Pero fueron solo 2 semanas y empezamos con VASCULAR, la pasada que le recuerda más enérgicamente al “interno” o “interna” que no es más que el fitoplacton de esta cadena alimenticia. Incluso llegando a las 7 era imposible ver a todos los pacientes antes de que llegara el doctor, había que correr tras ellos anotando indicaciones, haciendo recetas, interconsultas, trayendo exámenes, y entre medio aparecer en pabellón a hacer una safenectomía o por ultimo una hernia rasca. Imposible conocer la historia de todos los pacientes, o al menos saber con que AB estaba cada uno, todo era una mezcla de pies cortados, ortejos fríos, necrosis que no ceden ni a cilostazol… Aunque debo reconocer que podría haber sido mucho peor, al menos yo tuve la suerte de tener la mitad de mi pasada entre medio de un paro de funcionarios que nos mantuvo “apenas” con 12 pacientes vasculares y además coincidió mágicamente con las semanas de vacaciones de Carlo Zúñiga, carlitio, el *!=&…

Ahora estoy iniciando Tórax, el tema que más me gusta de cirugía, la pasada en que a las 12 estamos libres y en que Oyarce pasa la mitad del día en reuniones.

Estoy en tórax, llegando casi a la mitad de mi internado, acercándome a pasos agigantados hacia el pregrado, acumulando experiencia y destruyendo dudas.

Estoy en la mitad de mi internado, casi al final de mi carrera, iniciando la aventura de vivir con mi hermana, cerrando un capítulo de a dos, …y, quizás, escribiendo un nuevo cuento de a par.

martes, 31 de marzo de 2009

Noche, neblina sobre el mar, luces de carreras locas… y yo tras una ventana. El vidrio es lo único que me separa de ese mundo mágico del Valparaíso nocturno. Me dan ganas de abrir la ventana y sumergirme de un salto en esas aguas hipnotizantes, dar un salto a la piscina que se disfrazará de mar con el salir del sol.

…pero quizás no deba. El salto sólo me llevará a la quebrada bajo mi ventana…

Y sigo soñando, imaginando historias, escudriñando entre los claroscuros que vislumbro desde mi posición. Veo hombres caminar raudos a sus hogares, parejas abrazadas buscando refugio tras un árbol, “pellitos” escarbando entre cartones…
...¿Suena muy triste? Quizás, pero no lo es.
Aquel hombre va a llegar a un hogar acogedor, donde lo espera una mujer (que, aunque no lo ha dicho hace tiempo, lo ama cada día más) y 3 chiquillos que cuentan las mil aventuras que vivieron ese día. Hay parejas por montones, que tras un día de trabajo salen a beber rocío nocturno, que ante todas las dificultades tiene su amor, sus manos entrelazadas en una noche fría, sus ojos para reflejar la luna. Los “pellitos” no se quejan, porque entre cartones encuentran todo lo que necesitan: un resto de completo abandonado, una cañería rota que le da agua fresca y, si tienen suerte, un abrazo de un errante vagabundo para pasar las noches más frías.

Estos personajes no son muy diferentes a mí. Yo también corro veloz a mi casa al finalizar el día, también me espera una personita para contarme sus mil aventuras en su primer año como universitaria. Yo también escarbo entre cartones buscando un abrazo para pasar mis noches frías. Yo también sueño con salir a beber rocío nocturno… también sueño con tener una mano entrelazada a la mía…

Soñar a veces no es suficiente… pero es lo que me mantiene con el corazón funcionando, con esperanza, imaginando historias, cultivando anhelos.
Voy a seguir soñando.

Sueños
Sueños de manjar y chocolate, de dulce y amargo…
Sueños de abrazos y despedidas, de llanto y sonrisas…
Sueños que a veces asustan, que a veces envuelven y apasionan, que a ratos me ciegan y que me hacen luchar…

¿Cómo dejar de soñar? ¿Para qué?
Si así vivo mi vida… y es suficiente para sacar a diario mis pies de la cama.

Noche. Letras y desahogo. Ensueño.