Miro más allá de mi ventana. Nadie me observa. Soy dueña del mundo... de aquel que cabe en este agujero... de aquel que hoy se ha dibujado ante mis ojos con la esperanza de que pueda descubrir entre las sombras y figuras difusas aquello que aún se mantiene enterrado.

A lo lejos un hombre camina vacilante, avanza dos pasos y retrocede tres. Sonríe.
...¿sonríe?...
Ha recordado algo, quizás una anécdota que le parece graciosa o una puesta de sol acompañado... quizás se ha detenido un momento a respirar y darse cuenta que vivir es un chiste, una mala broma de un ser inalcanzable... o simplemente ha dejado de pensar en todo...
...quizás.

Me siento cansada. Son tantas las cosas que ver, sentir, amar...
He pensado en que nunca he estado bajo ese árbol.
Están volviendo las ganas de salir corriendo y de estudiar teatro, de gritar que estoy viva y que mi corazón sigue latiendo a pesar de las heridas.
¿Qué tan pronto olvidaré este momento?
Quisiera que estuvieras aquí conmigo.
Quisiera volar entre las luces que despiertan.
Miro más allá de mi ventana...